Europa estará en crisis, Francia en pleno proceso de cambio de
gobierno, pero ninguna de estas nimiedades mundanas afecta al mágico
mundo de Chanel. Y cual María Antonieta, personaje en
el que se inspira esta colección, pareciera que el mensaje es “que coman
pasteles”. Una colección desmesurada y barroca, inspirada en la corte
del Rey Luis XVI y especialmente en su reina, pero con toques modernos y
sin perder el característico sello de la maison. ¿Qué resulta de esta combinación? Para saberlo, no dejes de ver acá todo sobre la Colección Crucero 2012 – 2013 de Chanel.
Chanel Colección Crucero 2012 – 2013: frivolidad en la Corte
El espectáculo tuvo lugar en los jardines del Palacio de Versalles, en torno a tres de las fuentes por las que es famoso. Allí se instalaron los invitados, en sendas carpas, para el cóctel en el Bosquet des Rocailles, donde Luis XVI
realizara producciones teatrales. Y a pesar de que durante seis semanas
la lluvia no dejó de caer sobre París, el sol salió justo a tiempo para
el mega evento al aire libre, como si se tratara de una parte más de la
puesta en escena. Al parecer, Karl Lagerfeld pasará de ser el “Káiser” a
convertirse en el nuevo “Rey sol”.
Lagerfeld logró reinterpretar el espíritu del siglo XVIII de acuerdo a las últimas tendencias,
y ha demostrado ser un maestro para hibridar la alta costura con lo
urbano y diario. Detalles formales del siglo XVIII fueron recreados en
telas comunes del Siglo XX, como denim de alta tecnología, e
incluso plástico. Elegantes vestidos de encaje espumoso, volantes y
puños, junto a shorts y zapatillas de plataformas doradas. El rocoó se
encuentra con la estética punk. A pesar de tanto barroquismo y caos, se
nota la ligereza, la feminidad, y delicadeza que por momentos recuerda
al ballet. Los colores pasteles son los preferidos, combinados con blanco, negro o camel, y mucho detalle en oro.
Tuls, miriñaques, sombreros, brocados y encajes, plumas, faldas con
volados de gasa y volúmenes fastuosos, cinturas estrechas y faldas
voluminosas, shorts altos, y zapatillas, las clásicas chaquetas de tweed
de la marca, todos estos elementos y más se combinan con asombrosa facilidad. Lagerfeld
se animó al tweed en oro, lentejuelas de color azul pálido, soleritas
bordadas en dorado, el lino blanco se carga con cuentas que forman
delicadas figuras florales, así como estampados con flores al estilo
acuarelas dignos de las más delicadas princesas. Las modelos desfilaron
con pelucas en tonos pasteles, maquillaje dramático y, en lugar de un
lunar pintado en la cara, lucían el logo de la firma Chanel en uno de
sus pómulos.
Con la ironía que lo caracteriza, el director artístico dijo que quería algo flotante y frívolo. ”La frivolidad es una actitud saludable“, dijo después del show. ”Conozco a personas que fueron salvadas por la frivolidad.”
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