Los vestidos floreados, se caracterizan por ser muy coloridos, se puede observar una amplia gama de colores vivos en ellos: amarillos, rojos, naranjas, verdes, rosados... Más que nada los colores que dan más ganas de utilizar en la primavera y el verano.
Las telas que se utilizan para estos vestidos, en general, son frescas, ya que están determinados más que nada para las estaciones de mayor calor. Mayormente, son vestidos con un amplio escote, sin mangas, con un largo hasta las rodillas. No son vestidos pegados al cuerpo pero, aun así, marcan la figura de las mujeres haciéndolas verse más femeninas.
Igualmente, las telas y los colores pueden variar ya que por lo general dependen del gusto del diseñador o jefe de diseño. En muchos casos usan telas que lisas que puedan soportar estampados sin arrugarse ni deformar el vestido.
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