Descubre las nuevas propuestas de Balenciaga, Carven y Balenciaga en
nuestro resumen de la tercera tanda de la París Fashion Week
C on la expectativa ante la primera
colección de Raf Simons para Dior hoy, os traemos recién sacado del
horno el resumen de lo acontecido ayer en la pasarela de París: grandes
diseñadores presentando colecciones de igual magnitud.
Si tuviéramos que ponerle un nombre a esta colección de Balenciaga
para la Primavera/Verano de 2013 sería “La Piel que Habito”, porque
piel, y mucha, es lo que se ha visto en este desfile. Nicolas
Ghesquière, responsable de la reinvención de la casa, se ha vuelto a
superar. Ha tirado por un camino diferente reinterpretando con una
visión moderna los archivos de la casa. Los volantes rígidos –la
severidad en los tejidos es sello Balenciaga- han dominado la primera
mitad del desfile, alternándose con pantalones de cintura alta y
chaquetas armadas. Tras ellos, los trajes de tweed en mini falda y vestidos en tejidos de confecciones visionarias. Y dando unidad, los crop tops que dejaban mucho a la vista, y los largos más cortos, hicieron de ésta su colección más sensual.
Piel, aunque menos, enseñaron también las modelos en el desfile de Carven.
Y es que las aberturas en las prendas aparecieron por doquier creando
perspectivas inusuales. La selección textil, como vimos en los desfiles
del miércoles, ha sido rica y variada: seda, cuero, lana, encaje de
guipur o charol. Los tonos oscuros de la primera mitad –negro, azul,
marrón, verdoso- y algunas prendas de abrigo desconcertaron pues nos
situaban ante una colección otoñal. Cada vez se diluye más la línea que
separa unas temporadas de otras. Como contraste, los estampados
inspirados en las toiles de Jouy con motivos de safari resultaron un guiño naif y pícaro en una colección un poco seria por momentos.
Y fundido a negro. Lanvin se introdujo en un
universo negro con notas blancas que se combinaban, por momentos, con
apliques dorados o de plata. Sólo al final del desfile subió la nota de
color a un azul pavo real, verde oliva, morado y fucsia en la seda más
brillante. Y es que en cuanto a color, Elbaz no puede dejar atrás sus
obsesiones. La piedra angular de la colección es el smoking que se
interpreta una y otra vez con juegos de asimetrías y la mirada puesta en
Oriente. Los cinturones Obi lo delatan pero, además, las estructuras
escultóricas de las piezas tienen un marcado carácter japonés, inspirado
en la rigidez del kimono sobre el cuerpo femenino. ¿Por qué, como se ha
visto en otros desfiles, tantos diseñadores miran a Oriente? Será que
hay que agradar a los nuevos mercados.
A la vuelta del fin de semana, vendremos con un resumen de lo mejor
que se verá estos días sobre la pasarela. El calendario promete. Os
esperamos en este mismo canal el lunes.
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