Estoy muerta de cansancio y con el cambio de hora lo único que me apetece es irme a mi camita y vivir en ella un par de días. Como en este video tan bonito que me mandó Rafa Celda hace tiempo.
Así que he rescatado una sesión que hicimos hace tiempo sobre "los pijamas que me pongo para ir a la calle" y que con unos cuantos complementos nadie tiene por qué saber que son pijamas.
Camisón de La Perla. ¿Cómo va a ser que te compres un camisón con pedrería en los tirantes y lo uses para dormir pero no para salir a la calle?
Pantalón de pijama de los que no conoces su origen y chaqueta de Rugby by Ralph Lauren. La que vende el pan enfrente de casa está convencida de que son unos harem súper trendy in the night.
Camisón de Simply Vera by Vera Wang (colección para Kohls), leggins de American Apparel y chaqueta de H&M. Cualquier cosa cuando le pones unos leggins debajo se convierte en un vestido.
Aderezar convenientemente con collares y zapatos
Camiseta de Paul Smith por el 25º aniversario de Supreme. También hace el camino cama-calle en las dos direcciónes. Es lo que tiene el algodón peruano, que no te lo quieres quitar del cuerpo.
Chaleco de Zara y cinturón personalizado por unos hippies no sé dónde.
Ya os he contado cómo llegaron estos babies de Loewe a mi poder, los amo.
Camisón de Urban Outfitters y rebeca de Forever 21. Cómo echo de menos ir de compras por los EE.UU. El collar es de un mercadilo en la plaza del 2 de Mayo, que se rompió y ahora ha quedado como una obra de autor colgando a ambos lados
Camiseta de lencería de H&M, rebeca de brocados dorados de los restos de nochevieja que no vende Zara (me encantan, siempre encuentras las cosas más raras y fascinantes) y chaleco de pelo (tiene nombre propio y todo de lo que me lo pongo, se llama Renè) de Vallmai
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