A partir de los seis centímetros lesionan pies, rodillas, piernas, columna, entre otros
Nadie discute los efectos estilizadores que los tacones provocan en las siluetas femeninas: Modelan las pantorrillas, los muslos y los glúteos, imponiendo ritmo al andar y proporcionando un aire de elegancia y seducción. Hoy, la moda apunta a usar tacones sobre los 10 cms, lo que puede provocar problemas a corto y largo plazo en el pie, tobillo, rodilla y la columna lumbar, según explica Fernando Sánchez, director de la Escuela de Kinesiología de Chile.
"El tacón de 2 cm es el que reparte la presión equitativamente. En el de 4 cm, la repartición de las presiones aún es aceptable. Es a partir de los 6 cm, donde la distribución de las presiones está francamente alterada, lo que a corto y a largo plazo hará que la mecánica del pie no funcione adecuadamente, provocando que no sólo se lastime el pie sino también, el tobillo, la rodilla y la columna lumbar (espalda baja)", explica Fernando Sánchez.
Las consecuencias en el pie se produce en la sobrecarga del antepié, provocando una pérdida de su arco anterior y la aparición de molestas callosidades en la zona de la cabeza de los huesos metatarsianos. Esta situación también favorece la aparición o progresión de juanetes y dedos en garra.
Sobre el tobillo: la angulación con la punta del pie hacia abajo sumado a la altura exagerada del tacón, conduce a una situación de inestabilidad que favorece torceduras y fracturas. Esta situación de inestabilidad se incrementa si el tacón es aguja.
Rodilla: se produce una semiflexión que imprime un esfuerzo a esta articulación, predisponiéndola a la artrosis o desgaste del cartílago.
Columna lumbar: la altura exagerada del tacón produce un aumento de la curvatura normal o hiperlordosis compensatoria, para mantener el equilibrio del cuerpo. Esto puede traducirse en un molesto dolor lumbar conocido como lumbago.
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