Amigos, no hace falta que lo diga, la moda es una de las cosas que, no deja de repetirse pero tampoco de sorprendernos.
Más de una vez me he encontrado diciendo ¡Ha vuelto el Oxford! y ¡Se ido el Oxford!, ¡otra vez ha vuelto el Oxford! y ¡Otra vez se ha ido el Oxford!
Pero hoy, tengo que decirles que una nueva era comienza para el mundo de la moda.
Algo está iniciando una revolución desde nuestros armarios de manera silenciosa.
La cosa es que se acaba la moda rápida, esos pantalones comprados a las apuradas para una salida o aquella corbata arrebatada que luego usamos una sola vez y ahí la tienen, palideciendo en el armario desde donde grita -en silencio, siempre en silencio- “¡úsame!”
De manera que la moda parece estar dando un giro de 180 grados, centrándose en prendas especiales, de diseño, que sirvan para ser usadas realmente en la vida sin que te aburran. Telas suaves, amplias y cómodas, pantalones para ir a tomar café, sedas. Prendas refinadas y de primera necesidad con ciertos toques de diferencia para día o noche pero que se trate de prendas lentas, que puedan llevarse para siempre , por eso lo de Slow Fashion, me imagino, que puso la bandera con el Movimiento Slow que promueve ser dueños de nuestro tiempo, disfrutar de actividades de distención, almuerzos sanos, bueno, vida.
Sin apoyar la pasividad sino la organización y la satisfacción.
Pero volviendo a la moda que es lo que nos reúne aquí, fíjense la importancia del asunto que parece que los grandes de la moda rápida, han querido hacer un movimiento e imitar a la moda lenta. Que más que moda es un cambio de comportamiento colectivo y ahí es donde me pregunto: ¿Estaremos listos para ir más despacio
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